Sede Canónica

La Capilla situada en la calle Roelas es la sede canónica de la Hermandad de la Santa Vera-Cruz de Olivares.

La Capilla fue sede del antiguo Hospital de la villa. Este templo fue edificado, en la segunda mitad del siglo XVI bajo la advocación de Nuestra Señora de la Antigua, en terrenos donados por la primera Condesa de Olivares, doña Francisca de Ribera.

A lo largo de una dilatada existencia la Hermandad ha pasado por distintas épocas de auge y declive, llegando a arruinarse el Hospital y Capilla por completo hasta en cuatro ocasiones, circunstancias en las que se trasladaban las imágenes Titulares hasta la cercana Colegiata de Santa María de las Nieves.

En la actualidad, la Capilla de la Santa Vera-Cruz cuenta en su interior con un importante patrimonio artístico.

La Capilla situada en la calle Roelas es la sede canónica de la Hermandad de la Santa Vera-Cruz de Olivares.

La Capilla fue sede del antiguo Hospital de la villa. Este templo fue edificado, en la segunda mitad del siglo XVI bajo la advocación de Nuestra Señora de la Antigua, en terrenos donados por la primera Condesa de Olivares, doña Francisca de Ribera.

A lo largo de una dilatada existencia la Hermandad ha pasado por distintas épocas de auge y declive, llegando a arruinarse el Hospital y Capilla por completo hasta en cuatro ocasiones, circunstancias en las que se trasladaban las imágenes Titulares hasta la cercana Colegiata de Santa María de las Nieves.

En la actualidad, la Capilla de la Santa Vera-Cruz cuenta en su interior con un importante patrimonio artístico.

El retablo mayor de madera dorada y policromada se trata de una recomposición realizada con partes de dos retablos procedentes del extinguido convento franciscano que fundó el Conde Duque de Olivares, don Gaspar de Guzmán, en Castilleja de la Cuesta. El banco, las columnas exteriores y los relieves laterales de santos, son de estilo renacentista, mientras las columnas salomónicas interiores, el magnífico ático con talla a base de hojas de acanto y el interior con parejas de ángeles abrazados son de estilo barroco. Este retablo fue adquirido por la Hermandad con ocasión de la reconstrucción de la Capilla, por cuarta vez, por la benefactora doña Josefa Valcárcel Blonmach y concluida ésta en 1895.

Este original retablo lo presiden las imágenes Titulares de la Hermandad, el Santísimo Cristo de la Salud, Nuestra Señora de la Antigua y San Juan Evangelista. En otros altares laterales se encuentran el Cristo Atado a la Columna, Santa Ángela de la Cruz y San Antonio de Padua.

El edificio presenta una sola nave articulada por pilastras y cubierta con una extensa bóveda deprimida. Asimismo en la Capilla se conservan pinturas e imágenes de interés, muchas de ellas originarias de la Parroquia de San Benito de Heliche, como son:

El retablo mayor de madera dorada y policromada se trata de una recomposición realizada con partes de dos retablos procedentes del extinguido convento franciscano que fundó el Conde Duque de Olivares, don Gaspar de Guzmán, en Castilleja de la Cuesta. El banco, las columnas exteriores y los relieves laterales de santos, son de estilo renacentista, mientras las columnas salomónicas interiores, el magnífico ático con talla a base de hojas de acanto y el interior con parejas de ángeles abrazados son de estilo barroco. Este retablo fue adquirido por la Hermandad con ocasión de la reconstrucción de la Capilla, por cuarta vez, por la benefactora doña Josefa Valcárcel Blonmach y concluida ésta en 1895.

Este original retablo lo presiden las imágenes Titulares de la Hermandad, el Santísimo Cristo de la Salud, Nuestra Señora de la Antigua y San Juan Evangelista. En otros altares laterales se encuentran el Cristo Atado a la Columna, Santa Ángela de la Cruz y San Antonio de Padua.

El edificio presenta una sola nave articulada por pilastras y cubierta con una extensa bóveda deprimida. Asimismo en la Capilla se conservan pinturas e imágenes de interés, muchas de ellas originarias de la Parroquia de San Benito de Heliche, como son:

Un San Antonio de Padua talla que quizás sea la más antigua que posee la Hermandad, de tamaño natural con su libro y el Niño Jesús, atribuido al escultor Francisco de Ocampo tallado en el primer tercio del siglo XVII y que fue restaurado posteriormente por Juan de Astorga en 1807.
Un cuadro grande de lienzo, representando al descendimiento, o la Virgen de la Piedad con un ángel de autoría anónima.
Cuatro cuadros, con inscripciones de sus donantes, de buena factura, anónimos, de San Leandro, San Fulgencio, San Isidoro y de Santa Florentina, hermanos todos ellos, canonizados y patronos de Cartagena, donde nacieron, estableciéndose después en Sevilla.
Un Niño de Jesús con cara angelical, situado en una hornacina, talla de madera de más de medio metro de altura con la cabeza mirando hacia el cielo y con la mano izquierda elevada sosteniendo la cruz y la derecha baja para portar algún atributo de la Pasión. Según fecha de ejecución y estudios comparativos, especialmente con el Niño Jesús de la Hermandad de Pasión de Sevilla, podría atribuirse a Gabriel de Astorga y Miranda.
Otro niño Jesús que acompaña a la Virgen de la Antigua en la procesión del Corpus de gran mérito artístico y de autoría anónima que procede de la época de la anterior talla de Nuestra Señora de la Antigua.
Un magnifico Crucificado, utilizado antiguamente para realizar el descendimiento y restaurado, gracias a un grupo de hermanos, recientemente por la empresa Proarte. Estaba adaptado para el mencionado acto del descendimiento pero se hallaba en pésimas condiciones de conservación, con mutilaciones en el sudario. Al restaurarse se ha conseguido recuperar su encarnadura original que se hallaba oculta por pinturas y repintes, así como devolverle su originario estado con los brazos fijos y no articulados y adaptar la talla a la cruz antigua del Cristo de la Salud. Es el conocido por todos como el Cristo de la Sacristía, por el lugar en el que se encontraba, obra anónima sevillana de principios del siglo XVII, y que hoy en día se venera en un lateral de nuestra Capilla.
Dos ángeles arrodillados, de tamaño natural, anónimos, que según informe técnico de la empresa Proarte, posiblemente, puedan ser del siglo XVIII.

Cuando en 1978 la Hermandad restaura la fachada de la Capilla según proyecto del arquitecto sevillano Eduardo Durán, la Junta de Gobierno decide colocar dos azulejos de cerámica trianera a ambos lados de la puerta principal del Santísimo Cristo de la Salud y de Nuestra Señora de la Antigua. El autor de los magníficos retablos cerámicos es el sevillano Antonio Morilla Galea (1910-2000), artista que poseía unas dotes especiales para el dibujo. Nuestros retablos fueron realizados en los últimos años de su carrera, antes de tener problemas en la vista y cuando realiza sus mejores obras, sobre todo para las cofradías.

Cuando en 1978 la Hermandad restaura la fachada de la Capilla según proyecto del arquitecto sevillano Eduardo Durán, la Junta de Gobierno decide colocar dos azulejos de cerámica trianera a ambos lados de la puerta principal del Santísimo Cristo de la Salud y de Nuestra Señora de la Antigua. El autor de los magníficos retablos cerámicos es el sevillano Antonio Morilla Galea (1910-2000), artista que poseía unas dotes especiales para el dibujo. Nuestros retablos fueron realizados en los últimos años de su carrera, antes de tener problemas en la vista y cuando realiza sus mejores obras, sobre todo para las cofradías.

En el año 2019 continuando con la línea de trabajo emprendida en materia de conservación y restauración del templo, la Junta de Gobierno se marcó como objetivo prioritario la renovación del interior de la Capilla, ya que los muros exteriores habían sido restaurados en el año 2017.

Eran varias las necesidades detectadas, pero la más acuciante era el deficiente estado del zócalo. Una vez valorados los diferentes aspectos técnicos y organizativos, se emprendieron los trabajos necesarios para ello, teniendo como principal motor la ayuda, el apoyo y el interés de numerosos hermanos y hermanas que han trabajado de forma incansable y desinteresada durante varios meses.

El inicio de la actuación no fue sencillo, ya que en un principio estaba prevista la total conservación del zócalo. Con esta intención se comenzaron a retirar los azulejos, pero surgió el primer imprevisto, ya que los azulejos estaban mucho peor de lo pensado inicialmente, pues gran parte de la piezas estaban rotas o irreversiblemente deterioradas. De entre todas las opciones que se barajaban la Junta de Gobierno y Auxiliares apostó por la conservación de los azulejos actuales que estaban en buen estado complementados con un enmarcado de planchas de mármol rojo que cubriría el espacio de las piezas irrecuperables.

Además se ha procedido a una renovación integral de la red eléctrica, sustituyendo la antigua por un sistema de LED, la aplicación de pintura en todo el templo, el pulido y el abrillantado del suelo de mármol y la sustitución de la puerta de la entrada de la Capilla, que se encontraba muy deteriorada por el paso de los años.

Así, en el periodo comprendido entre los años 2013-2019, se ha culminado el proceso de restauración y conservación del exterior e interior de la Capilla, y la inauguración de la Casa de Hermandad, dando como resultado un conjunto arquitectónico de incalculable valor patrimonial en el centro histórico de la villa de Olivares.

En el año 2019 continuando con la línea de trabajo emprendida en materia de conservación y restauración del templo, la Junta de Gobierno se marcó como objetivo prioritario la renovación del interior de la Capilla, ya que los muros exteriores habían sido restaurados en el año 2017.

Eran varias las necesidades detectadas, pero la más acuciante era el deficiente estado del zócalo. Una vez valorados los diferentes aspectos técnicos y organizativos, se emprendieron los trabajos necesarios para ello, teniendo como principal motor la ayuda, el apoyo y el interés de numerosos hermanos y hermanas que han trabajado de forma incansable y desinteresada durante varios meses.

El inicio de la actuación no fue sencillo, ya que en un principio estaba prevista la total conservación del zócalo. Con esta intención se comenzaron a retirar los azulejos, pero surgió el primer imprevisto, ya que los azulejos estaban mucho peor de lo pensado inicialmente, ya que gran parte de la piezas estaban rotas o irreversiblemente deterioradas. De entre todas las opciones que se barajaban la Junta de Gobierno y Auxiliares apostó por la conservación de los azulejos actuales que estaban en buen estado complementados con un enmarcado de planchas de mármol rojo que cubriría el espacio de las piezas irrecuperables.

Además se ha procedido a una renovación integral de la red eléctrica, sustituyendo la antigua por un sistema de LED, la aplicación de pintura en todo el templo, el pulido y el abrillantado del suelo de mármol y la sustitución de la puerta de la entrada de la Capilla, que se encontraba muy deteriorada por el paso de los años.

Así, en el periodo comprendido entre los años 2013-2019, se ha culminado el proceso de restauración y conservación del exterior e interior de la Capilla, y la inauguración de la Casa de Hermandad, dando como resultado un conjunto arquitectónico de incalculable valor patrimonial en el centro histórico de la villa de Olivares.

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